La Holanda de los años 70 marcó un antes y un después, fue un equipo revolucionario por su forma de jugar dentro de la cancha, tanto que deslumbro tanto en Europa como en América llegando a dos finales de Copa del Mundo sin poder ganar alguna.
Rinus Michels brilló en el banquillo del Ajax y tomó las riendas de la Selección de Holanda hasta llevarla a dos finales de mundo sin poder ganar alguna, la primera cayendo con la Selección de Alemania en 1974 y la segunda también de visita en casa del anfitrión en Argentina 1978.
La posesión marcó el juego de los neerlandeses y es que no se desesperaban para atacar, como era en ese entonces sino que circulaban el balón hasta encontrar los huecos para entonces sí buscar el gol de forma más segura, aunque no tan rápida.
